Las placas solares, también conocidas como paneles solares o paneles fotovoltaicos o panel solar, son unos dispositivos tecnológicos que se utilizan para transformar la energía del sol que está formada por fotones, en energía eléctrica.
Las placas solares fotovoltaicas captan la radiación del sol y para ello se aprovechan del “efecto fotovoltaico” descubierto por Alexandre Edmond Becquerel hace un siglo. Las células solares se componen de una capa de silicio y fósforo que proporcionan la carga negativa y de otra capa de boro que proporciona la positiva.
Al estar compuestas de un material conductor con exceso de electrones de carga negativa y otro conductor con carga positiva al que le faltan electrones, absorben los fotones cuando se exponen a la luz solar. Al hacerlo, se inicia una corriente eléctrica que permite que los electrones sobrantes se muevan de su órbita atómica y sean lanzados hacia el campo eléctrico generado por los paneles solares. Todas las células fotovoltaicas trabajan de forma conjunta y generan una corriente continua que se puede aprovechar en los hogares gracias a la utilización del inversor, encargado de transformarla en corriente alterna para su uso.